viernes, 23 de septiembre de 2011

Kama-burro: te quedó grande la yegua...

“Kama” lenguaje del placer erótico: ¡No hay mejor traductor para llevar a la cama!

Como amante de las lecturas de crecimiento personal, y curiosa por naturaleza me dediqué estas noches a leer el manual del amor, buscando respuestas.

Desde hace un par de semanas incubaba en mi cabeza una pregunta personal, de esas de pareja, que me hizo buscar primero “Los hombres de Marte, las mujeres de Venus”, de ahí aprendí tres cosas:

Una: El hombre instintivamente siempre va meterse a su ‘cueva’ interior lo necesite su mujer o no.

Dos: Hay un estado masculino llamado ‘banda elástica´, para resumírselos: un estira, y encoje para adelante y atrás, lo digo en todo su sentido de necesidad íntima, satisfecho jala a su ‘cueva’ (en el mejor de los casos).


Tres: Indiscutiblemente, las diferencias atraen.

Seguí buscando mi respuesta ¿porque tenía que buscarla en Marte, o en Venus? si podía estar a 10 pasos de mi escritorio: En la cama.

Humedecidas las puntas de mis dedos rocé página a página el manual en cuestión. ¡Soy buena alumna querida Niña Pochi!

Ay Niña es que basta guiñarle un ojo a la atracción, o darle un pellizquito a la necesidad del momento para que la satisfacción prohíba la entrada al enamoramiento, incluso al amor en ese jocoso juego del deleite.

Moderado, ardiente, veloz, o lento; caballo, toro, o ¡burro! todos tienen su turno para bramar, y relinchar al ritmo de la monta, ¿O no? hasta al perro cabizbajo con su ‘colita’ entre patas le llega su momento.

El inicio, y el final se aparean a su gusto. Entonces el placer se vuelve ciego, desconoce el tiempo:
Sus relojes de arena.

No conoce momento histórico, que lo digan los poemas de Frank cuando menciona ese ‘Sexo primitivo’, de las cavernas (supongo). Ese Homo Erectus 'traspasando’ épocas y generaciones.

La pasión no se atreve hacer predicciones, aunque una profetisa como nuestra amiga Casandra nos puede guiar con práctica de sobra echando las ‘cartas a la mesa’.

Cierto que hay amores ciegos, y otros con ‘ojo de cuervo’; pero no conozco ninguno sordo a los zumbidos, ni gemidos cuando el ‘aleteo’ está en su clímax.

Bien aquella que sepa diferenciar entre un submarino con harta artillería de un escualo. ¡Mis respetos sargenta!

No hay que olvidar alimentar este 64.

¡Es que por donde entra la comida hay lengua! una vez caliente el sartén (el utensilio favorito del Sartenista) no podemos negarnos a ‘chupar el mango’, y si a la ‘larga’ no es amiga de los ‘Tucos’ pues mínimo ‘empáquelo’. No hay excusa, en el barrio todos tenemos una costurera.

El sexo alarga la vida, no hay duda; aunque al estimado chismiticos lo que parece alargársele una pulgada cada vez que me postea es su lengua, ¿O que otra parte? espero su respuesta.

Y aunque aún estoy lejos de hacer votos matrimoniales ¡Bendito pulgar! tantas mañas como número de dedos de una diosa clitoriana.

Para terminar esta entrada de burro, que espero les halla tomado por ‘asalto’, les cuento que la respuesta que buscaba la hallé, y la resumí en una frase, al mejor estilo ranchero, y equino: A él le quedó grande la yegua.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Un opinante 'democrático'...

"...¿Cómo dice? ¿Qué una bomba destruyó su casa y mató a cuatro de sus hijos? Es doloroso, ya me lo imagino. ¿Y que el único hijo que sobrevivió perdió sus bracitos? ¡Angelito!

Pero entre nosotros la tecnología está muy avanzada, se los dejaremos como nuevos e incluso mejor, ya verá como vuelve a casa más espabilado que un grillo y cuando sea mayor podrá votar con sus bracitos tecnológicos. ¿Para qué le servían sus bracitos de verdad sino podía votar?

¿Qué también su marido murió? Cuanto lo siento. ¿Y su hermano? ¿Qué se hizo pasar por mendigo y cuando llegó al puesto de control americano sacó una metralleta y disparó contra los soldados? No debería habérmelo dicho, señora. Su hermano es un terrorista. Su hermano, para manifestar su contrariedad, eligió una solución políticamente incorrecta…"

El texto parece persuadir; sin embargo hace pensar al lector con ojos propios, con razonamiento frío de los hechos, con lenguaje sutilmente cínico e irónico.

El ‘opinante democrático’ tiene un blanco: el adversario político, aquél que detrás de su ‘bureau’ levanta su dedo, dañino, manchado con el líquido mortal de su pluma.

Antonio Tabucchi periodista y escritor italiano, en su artículo “Carta a una ciudadana iraquí” (febrero 2005) deja entrever las verdades entredichas y las intenciones ocultas de lo que 'fue' una guerra, lleva su premisa al extremo: dos herramientas bien planteadas, con gran capacidad de arraigo en el lector: las dos caras de la moneda.

Quise compartirles este texto a manera de reflexión (aunque hubiera podido recurrir a muchos tantos para ilustrar el significado de la democracia en este lado occidental y civilizado. El epílogo es mi aporte)

Epílogo: rosando la ironía con la punta de sus dedos la ciudadana contestó entre dientes: "Mi pequeño sin brazos está de maravilla, ha empezado a desarrollar esas inteligencias naturales que ustedes llaman múltiples, ahora precisamente está dominando una nueva disciplina: comer directo de su plato, dibujar con los pies, y abotonarse su camisita con la boca"...

Les dejo el enlace del artículo (3 pág.)