jueves, 27 de octubre de 2011

Burro, 15 veces al día


Antes de entrarle a la COLA: 
Los burros también son mochileros, no he de extrañar entonces que este haya ido a caer allá, donde las montañas se pintan solitas de jade, con castillos que llegan al cielo; no tienen reyes, ni príncipes, porque allí los principitos decidieron vivir entre las personas, no hay serpientes que puedan dañarles, solo zorros domesticados que les recitan poemas. Y mientras el poeta se emancipa de la botella, y de las mujeres, sigue recorriendo sus anchas penas mientras llega la mañana, y el sonar de las campanas lo vuelve a traer a la realidad…

Siempre busco temas que sean comunes para todos nosotros, incluyendo a los burros... ¡A ver si lo logro de nuevo!

Aunque yo nunca he visto un burrito riendo, no quita que no se eche una que otra risilla detrás de esa cara de tristón, porque para aguantar tediosas órdenes, y vivir tantos años, algo se guarda entre dientes.

Una investigación lo dijo: Solo el 20% de las personas saben reconocer las emociones en un rostro. Entonces que vamos a saber si un animalito está contento, o triste.

Quizás sea más difícil encontrarle la sonrisa perfecta a la Gioconda (Un experimento determinó que solo sonríe si se le mira directamente a los ojos) que a un burro, u otro animal, ¡bueno el perro ríe con la cola!


Y bueno, en los años de los experimentos ‘locos' se quería comprobar que la risa no era innata, sino que reíamos por necesidad (luego se comprobó que no era así)

De ahí que cuando estamos felices nos da ganas de llorar, o viceversa, es innato.


Ahora se concluye que para vivir muchos años hay que reír con ganas al menos 15 veces al día (más el sexo 4 veces por semana) ¡Con razón me he vuelto últimamente muy risueña!


No soy cocinera, pero en una revista hallé los 4 ingredientes para tener un buen humor (los paréntesis son mi aporte)

Uno: Ríase de los propios errores (si cae de pompis carcajéese, además aminora hasta 70% el dolor)

Dos: Acepte las críticas (véalo por el lado bueno, puede ser envidia)

Tres: En dificultades disfrute del humor (¡tampoco intente tapar el sol con el dedo, se puede quemar!)

Cuatro: Tenga la habilidad de controlar la lengua (cuente sus dientes-y sus amigos- antes de decir algo imprudente, aunque sea gracioso)

 
Y para terminar algunas frases (no chistosas):

No hay día más perdido que aquél en que no hemos reído -Chaplin-
(No por nada los días que no estoy riendo, estoy llorando)

Desconfía de quienes nunca ríen. No son personas serias
 -Julio César-
(Ahora sé porque se dice que en el ámbito de negocios no debe usarse bigote, genera desconfianza)

 Si es posible debe hacerse reír hasta a los muertos
-Leonardo Da Vinci-
(Amigos blogueros ya lo saben: sino ríen en vida, van a reír en la autopsia)
 


sábado, 15 de octubre de 2011

La hora del burro

Preparando mi próxima entrada tuve ‘forzosamente’ como dueña del Ciber-asno salir en la defensa de los borriquitos ante algunos comentarios Anti-burros.

Primero: ¿Un burro enamorado? Me suena como un cruce raro entre lo intenté, casi lo logro, pero metí las patas. ¡No por nada todo híbrido de burro nace estéril!


Segundo: De impopular no tiene nada el burro, este animalito ha estado inmerso en cientos de referencias culturales, literarias alrededor del mundo, que nos han enseñado positivos ejemplos, y moralejas.

Incluso Shakespeare los menciona en ‘Sueños de una noche de verano’.

En Quijote estaba el ‘rucio’ de Sancho… que nada tenía que envidiarle a Rocinante.

Y no crean que a Pinocho solo la nariz le crecía, por desobediente también cola y orejas (terminó convertido en asno).

Y en el cine comercial aparte de ‘Burro’ en Shrek, entre otros animados, alguno que llamara la atención, o en la tele, no recuerdo, de equinos solo el famoso ‘chupa mantequilla’ de Mister Ed.

Hasta en la Biblia hay referencias de este animalito ¿No fue Noé el que subió una yegua y un burro al arca? , supongo que incluso en el Corán los hallamos, y en el Ramayana hindú.

Tercero: Son muy tratables por su carácter: Son amistosos, juguetones, por eso los usan en sitios de recreo, y mucha gente los tiene como mascotas.

Tercos quizás, pero por instinto, es difícil forzar a un burro hacer algo que contradiga su interés, pero se vuelven obedientes, una característica que tiene bien desarrollada.

De ahí que de miedosos nada: Por ejemplo, a pesar del temor natural al fuego, antes en Europa eran utilizados para transportar el agua que apagaba los incendios.

¡Son valientes!

Siempre dispuestos a aprender ¡Son inteligentes!

Cuarto: ¿Y en el sexo? son polifacéticos, pueden con la misma burra, pasando por la yegua (o caballo si es burra) y terminando con la cebra.

Y generan nuevas especies: La mula (o), el burdégano, y el ¡ceburro!

¿Quién dijo manos arriba? hasta el Kamasutra entre tanto animal tiene su burro: el ‘asalto del burro’.


Quinto: Gozan de una gran resistencia, sobreviven a situaciones que su compadre el caballo no podría. Incluso no dan síntomas de enfermedad hasta que están muy enfermitos.

¡Sinónimo de larga vida!

¿Recuerdan a ‘Pancho’ el burro cubano con su dieta de chicharrones y cerveza? ahí está vivito y coleando.

No por nada el burro era símbolo en Roma de Dionisio, el ‘dios del vino’.

Sin embargo, cuando ‘empina el codo’ para beber agua no puede hacerlo en exceso, le puede ocasionar la muerte.


Sexto: Para terminar: ¡El burro tiene poderes curativos!
Según la medicina folclórica europea la “Cola de Burro” se usaba para diversos tratamientos, la verdad no sé si se refieren a una verdadera cola o a una planta.

¡Quizás entre esos poderes de la mágica cola esté curar la resaca!

Encontrarse un burro en el camino era presagio de desgracia, decían los romanos. ¿Será también por eso que dice el refrán que todos los caminos llevan a Roma? Mmmm

Advertidos, si se llegan a encontrar de regreso un burro: ¡Suerte!