Todo lo difícil debe intentarse mientras es fácil: el dejávu del mentiroso, un truco que parece mantener todo bajo control.
*Muestra pupilas dilatadas: Lagrimea, eleva las cejas, cambia la mirada, parpadea demasiado.
Paradójicamente estudios con el cerebro demuestran que este nunca miente si se le pide decir la verdad, pero solo a través de encefalogramas es posible saberlo.
Otros estudios recomiendan que a los mentirosos o mentirosas no hay que desenmascararlos, ni menos castigarlos ¿Entonces que hacer con ellos?
Luego de haber mentido, dice el dicho, se necesita buena memoria: ¡Pero hay quienes lo olvidan!
Un ‘buen’ mentiroso (a) debe tener la Kinocola (tónico cerebral) al 100%
¿Quien no ha mentido alguna vez? obligados o por gustillo, cuando la sinceridad no parecía la respuesta indicada llegó asomarse su antagónico: El ‘sincerismo’, este poco a poco fue desnudando a su prima: la mentira, desde entonces nos hemos dedicado a desvestir un traje formal hasta convertirlo en un ligero bikini.
¡Por si acaso yo uso protector solar número 30!
¡Cuando la burra aún no echaba cola! Yo a mi 5 años con mis amigos de juego. |
A veces toda travesura amamanta una mentira: A los 5 años tenía una colina preferida, en ella corría todas las tardes, iba bien advertida por mi tía que me castigaba si me caía, saliva en rodillas ocultaba bien mi desobediencia. Hasta el día que no pude salvarme de la pedrada que me dio ‘Chichi’ un amiguito de juego, en la mera frente me la pegó, esa tarde no hubo lluvia que desbordara el río detrás del caserío, pero si corriente que se llevara el biberón del pobre ‘Chichi’, recuerdo a los vecinos con focos jugando a ‘caliente’ y ‘frío’ buscando el ansiado chupete, a pesar del interrogatorio no dije ni pio (y teniendo un pollito, rosado como los pintaban antes)
Mientras de niños mentimos por inocentes, de adultos lo hacemos para auto engañarnos, ya sea que no queremos aceptar algo que nos incomoda, o que nos ponga en evidencia. Inventamos, ocultamos, y exageramos, hasta automatizar la hipocondría.
Desde el narcisista que exagera sus méritos para ganarse aprobación; al mitómano en que el mentir es como chupar dedo.
Si al hijo de Gepetto le crecía la nariz, a las personas mentirosas les da comezón: De acuerdo a experimentos cuando mentimos los vasos sanguíneos de la nariz se llenan lo que provoca nos rasquemos la punta de esta.
Este estudio concluyó que un embustero, o embustera ¡Además de tocarse la nariz!
*Sonríe solo con la boca, no con el rostro.
*Le suda la frente, adopta forma de una V invertida.
*Sus expresiones no aparecen antes de hablar, sino luego.
*Muestra pupilas dilatadas: Lagrimea, eleva las cejas, cambia la mirada, parpadea demasiado.
*Habla más rápido, o más despacio de lo normal.
*Se jala el cuello de la camisa (los hombres).
*Y como le lleva más tiempo inventar que recordar: Deja silencios en lo que dice.
Paradójicamente estudios con el cerebro demuestran que este nunca miente si se le pide decir la verdad, pero solo a través de encefalogramas es posible saberlo.
¡Sí mentir es lo más fácil del mundo! ejercita la memoria al punto que las respuestas a la mentira madre engendran más mentirillas. Pero cuidado, todo parece demostrar que entre más tiempo se guarda una mentira, y más cantidad de engañados más probabilidad de delatarse (solito).
En lo personal a mi las mentiras son como el chisme del chismoso, se me caen solitas rápidito.
Queda en sus manos que hacer con ellos (as).
Queda en sus manos que hacer con ellos (as).