miércoles, 18 de julio de 2012

Arte a cuatro patas


***He sabido del hombre tigre, hasta transformaciones con botox, digo, si todo lo que conlleva transformación es arte, bienvenido. Ahí va la lista sumando arte de dos patas: caballete, arte corporal a cuerpo entero, arte al desnudo, este incluye el de las plazas públicas, hasta lo menos público ( Mmmm ya no sería a dos patas, pero bueno). Todo el arte que se quiera aparece, nada más fíjese antes de bajar la palanca del sanitario ¿Acaso eso no es arte?


Primero fueron los alimentos transgénicos quienes sorprendían con sus distintas combinaciones, nada raro encontrar un tomate con sabor a pescado. El mezclar alimentos de diferentes especies parecía ya cosa arriesgada en los 80’… Una década después orejas humanas eran trasplantadas a ratones.

No pasó mucho para que en los 90’ esta modalidad de crear nuevas cosas se trasladara al arte mismo, o mejor dicho, se utilizaran los mismos medios, sin exceptuar a los humanos para llevar al arte a su punto más humano: El bio arte

El bio arte se define como una corriente moderna contemporánea, surge en los EE.UU. en los 90’, su materia prima son bacterias, tejidos u órganos vivos. Es decir, materia prima maleable como definen ellos la vida.

Tomada de internet. De la muestra art orienté objet.
Un ejemplo a ilustrar es el caso de una francesa que se inyectó a sí misma sangre de caballo, supervisada por un laboratorio la mujer fue preparada durante meses para asimilar las pequeñas dosis del animal. Su arte, bio arte, fue dado a conocer en una muestra, llevando ella prótesis de pezuña. “Me sentí hiperpoderosa, era un superhumano, ese no era mi cuerpo normal, tuve todas las sensaciones de un herbívoro y no pude dormir”, dijo.

El bio arte realmente me sorprende, por su riesgo (ya que involucra genética) y el mensaje que trasmite tan subjetivo para cada quien. No sé hasta que punto se terminará utilizando la combinación de especies, experimentos, y demás para ojalá lograr alcanzar algo positivo.


*** Ya que el bio arte se extiende ya es hora de ver a los políticos poniendo de moda las orejas de burro, o por lo menos obligatorio para algunos.